01 agosto 2008
Discusiones en la Pareja
Algunas reglas de oro para mejorar la relación:
Mirar a los ojos a la hora de expresar nuestras ideas. Una mirada esquiva produce en el contrario suspicacias y dudas. No denota seguridad en la persona que está exponiendo su idea y el otro puede dudar sobre sus intenciones.
Estar a una distancia prudencial. Si estamos demasiado lejos tendremos que gritar y se puede perder alguna información por el camino. Si estamos demasiado cerca, el otro puede sentirse cohibido o invadido en su espacio.
Deja hablar a la otra persona y no cortes sus frases. Cuando el otro termine, date unos segundos para comprobar que realmente no tiene más que decir y entonces empieza tú. Si avasallamos a la otra persona echándonos encima de sus frases sentirá que le estamos agrediendo y la discusión estará servida.
No termines las frases del otro con lo que tú crees que va a decir o con “coletillas”, puede que estés equivocado y no ayudas a comunicarse bien.
Respeta el turno de palabra y deja hablar también a la otra persona, el monólogo difícilmente sirve para llegar a una conclusión satisfactoria para los dos.
Sobre el Autor:
Vida de Pareja
El equipo de Vida de Pareja escribe artículos propios sobre educación sexual, sexualidad, amor, sensualidad y erotismo apuntando a la información y formación.
Articulo publicado en www.articulandia.com
Autor de este artículo: Vida de Pareja
Website del Autor: http://www.vidadepareja.com
Mirar a los ojos a la hora de expresar nuestras ideas. Una mirada esquiva produce en el contrario suspicacias y dudas. No denota seguridad en la persona que está exponiendo su idea y el otro puede dudar sobre sus intenciones.
Estar a una distancia prudencial. Si estamos demasiado lejos tendremos que gritar y se puede perder alguna información por el camino. Si estamos demasiado cerca, el otro puede sentirse cohibido o invadido en su espacio.
Deja hablar a la otra persona y no cortes sus frases. Cuando el otro termine, date unos segundos para comprobar que realmente no tiene más que decir y entonces empieza tú. Si avasallamos a la otra persona echándonos encima de sus frases sentirá que le estamos agrediendo y la discusión estará servida.
No termines las frases del otro con lo que tú crees que va a decir o con “coletillas”, puede que estés equivocado y no ayudas a comunicarse bien.
Respeta el turno de palabra y deja hablar también a la otra persona, el monólogo difícilmente sirve para llegar a una conclusión satisfactoria para los dos.
Sobre el Autor:
Vida de Pareja
El equipo de Vida de Pareja escribe artículos propios sobre educación sexual, sexualidad, amor, sensualidad y erotismo apuntando a la información y formación.
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